El pintor del silencio (y la soledad)

El pintor de los enigmas cotidianos, las ausencias, los seres solitarios que habitan la gran ciudad, también fue el gran pintor de la luz y del silencio.

El gran objetivo de su arte era crear imágenes que, partiendo de la realidad cotidiana, reflejaran un mundo íntimo y personal.

Siempre intentó crear auténticas narraciones con sus cuadros, para dar forma al universo interior de sus personajes.

Utilizó en su obra la figura de la mujer como representación de la opresión y alienación del mundo en el que vivía. La mujer como figura guía.

Dicha figura transita por paisajes cotidianos, desolados, llenos de luz y silencio, playas, casas al lado de la carretera, ferrocarriles, gasolineras aisladas, como en una road movie silenciosa y solitaria….

Hasta llegar a la gran urbe solitaria y desasogante, recogiendo el pulso psicológico de un lugar y época concretas, la norteamérica de mediados del siglo XX.

El artista plantea una vuelta a la realidad, lejos ya del sueño americano, con héroes deshumanizados, que sufren en soledad, perdidos en la ciudad, con personajes que estando en la misma escena ni siquiera se miran. Siente el mundo de manera angustiosa, con una soledad opresiva.

Pero el artista también consigue, partiendo de la realidad cotidiana, con sus composiciones, en las que realiza una abstracción de todo lo banal e intrascendente, trascender su época y su país, convirtiendo sus obras en retratos universales de silencio y soledad.

Dejo un enlace con un documental que el Canal + emitió sobre su obra.

El gran arte es la expresión externa de una vida interior en el artista, y esta vida interior tendrá como resultado su visión personal del mundo.

Y no, no he olvidado el nombre del autor, si no que como decía Umberto Ecco en El nombre de la rosa

«De la rosa nos queda únicamente el nombre”