
Todos creemos saber mucho sobre el amor (pobres de nosotros!!!), porque de alguna manera lo hemos experimentado en nuestra vida. Pues yo con la edad que tengo ya (y las canas que casi no peino), no tengo ni puñetera idea del asunto, como de casi todas las cosas importantes de la vida (que seguridad la mía).
Hoy voy a hablar de una estupenda serie que me han recomendado (gracias señorita listas), muy reciente, muy actual y que nos enseña lo poco que sabemos de las relaciones de amor actuales. El prototipo manido y decimonónico de amor romántico murió hace mucho tiempo, si es que alguna vez existió en realidad. La serie es un escaparate neoyorkino de distintos tipos de relaciones amorosas, y sobre todo es una preciosa declaración de amor a la propia ciudad de Nueva York.
Ninguno de los títulos que aparecen a continuación son los de los capítulos originales, son una interpretación mía.

El guardián del corazón. Una deliciosa historia de amor no convencional, una chica con dudas en su ojos y en su corazón, una nueva vida que llega sin avisar, y el guardián silencioso que vela por su cordura, y su frágil corazón. Un amor sin límite y sin contraprestaciones.

Amores de ida y vuelta. Una historia cruzada del amor en dos épocas de la vida. El perdido sin remedio en la bruma del tiempo y el roto por las dudas y las inseguridades de la juventud. Un celestina moderna, una app de citas y segundas oportunidades, o no.

La extraña amante. La historia más dura, la más actual, donde en la historia de amor los protagonistas no son los amantes en sí, es la incomprensión, la soledad y la vergüenza. Tan dura como la vida misma.

El amor desgastado. Una pareja desigual, como cualquiera de nosotros la verdad, desgastada por la convivencia y el tiempo pasado juntos, la incomunicación y el egoísmo, donde una inesperada pasión compartida los salvará, o no…

La extraña cita. Dos corazones anhelantes, y perdidos en la gran ciudad, distintos como la noche y el día, un polvo accidentado, y la mejor cita que se puede tener entre anestésicos, suturas, vendas, sillas de ruedas y pasillos de hospital.

Amores cruzados. Una extraña relación de amor paternofilial, mal planteado y mal entendido, y un corazón maduro deseando sentirse joven de nuevo. Sin culpables, sin ganadores, dos aprendices de la vida, anhelantes de ser amados.

Los dos padrinos y el corazón desbocado. Historia deliciosa de una decisión crucial en la vida de una atípica pareja, con una cenicienta aún más atípica y gamberra. Absolutamente maravillosa.

El amor en el ocaso. Una tierna historia de amor al final del camino de la vida, tierno, pausado, consciente de su fragilidad y futilidad, y además el cruce de todas las historias anteriores, emocionantes, llenas de vida y esperanzadoras.
No soy un romántico empedernido, pero me ha gustado la serie porque ninguna de las historias es una historia de amor convencional, porque en el fondo de nuestros corazones, todos deseamos amar y ser amados de alguna manera. Hoy día, como alguien muy especial me contó, el divorcio es el futuro de la evolución entre las parejas, y quizás tenga razón la joía. Pero muchas veces he pensado que el drama de mi vida es que soy un lobo solitario, que en el fondo no quiere terminar sólo.
No voy a comentar nada como tampoco lo hice con el post de la pianista, aún así leo y sigo este blog siempre porque me interesa, esté o no es´te de acuerdo cien por cien con lo que se dice.
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