
Si me preguntaran cual sería la variable ideal para medir el tiempo diría que la duración de un hermoso y deseado beso, he descubierto con el paso de los años que la madurez me ha hecho valorar los sencillos gestos que dedicamos a los que queremos.
Pero no todos los besos son iguales, independientemente del tipo que sean, cariñosos, familiares, los dedicados a nuestros hijos, o a nuestros amigos, hablo específicamente de aquellos que dedicamos a los que comparten nuestra vida de adultos como parejas, el beso que se dan dos almas desnudas, doloridas y llenas de cicatrices, mirándose a los ojos del alma, sin complejos, sin barreras, y con los corazones abiertos en canal, como torrentes de ríos desbocados…
En el año 1988, casi ya muriendo una época mítica para el mundo de la música, confluyeron en un rinconcito de Glasgow, cuatro músicos que parieron uno de los discos más hermosos de la década, cargado de sensualidad, delicadeza, pasión y serena belleza, que como otras muchas cosas importantes se perdió en el océano de intrascendencia y mediocridad, ya que fue su único disco publicado antes de su disolución.
El viento arrastró el nombre de aquellos que abandonaron esta vida, sin conocer el sabor de un beso robado al corazón de otra alma fugaz y pura. Y el viento barrerá los surcos que dejaremos en las arenas del tiempo…

Cuando dos almas desnudas se encuentran, ningún ropaje o adorno, puede enmascarar lo que su corazón anhela, y en una mirada cruzada de apenas unos centímetros cabe un universo entero.
Todas las letras y palabras de todos los libros del mundo no son más que sonidos, vocales y sustantivos, que son incapaces de contener el verdadero significado del amor por vivir una vida plena….

Hemos disparado a bocajarro al niño que habitaba en nosotros, que no ha desaparecido pero sí está herido de muerte. Rescatemos todo aquello que queda de su sinceridad e inocencia, que nos haga revivir en el carrusel de esta vida frenética en la que vivimos las sensaciones que teníamos, cuando era sólo ese niño el que habitaba en nosotros.
A veces el abismo que nos separa de los que amamos es de una enormidad inabarcable, aunque estemos en la misma habitación, dos almas que no están en sintonía están terriblemente solas aunque estén a pocos centímetros…

La dulce manera en que ella susurra las historias que salen de sus labios, y rellenan los huecos de mi soledad, son las que despiertan mi anhelo de fundirme en un beso que no se pierda en la inmensidad de nuestras vidas.
La vida estalla en cualquier rincón de nuestro maltratado mundo, enseñándonos que sí mereció la pena vivir al lado de otra alma llena de vida, como la nuestra.
Enséñame el camino que lleva a tí, rompí el timón y erré en el rumbo, y aunque te siento tan cerca no encuentro tu senda…

Y ni siquiera el alcohol que ha inundado mi vida, me aleja de tu recuerdo, porque aún recuerdo lo que me susurraste aquel día entre la dulce ebriedad, que pondrías una cadena de luces alrededor de mi corazón, para que te iluminase en la oscuridad de esa luna reflejada en la lluvia…

Y busco por las calles en las que nos perdimos ebrios de besos y caricias, aquella que recuerde tu hermosa cara y el verde oscuro de tus ojos, la que me lleve de nuevo a tí…
En el año 1928 nació en Paris Elliot Erwitt, fotógrafo estadounidense, con una mirada cargada de ironía y ternura, que ha retratado el mundo desde su cámara, y sigue siendo un «testigo de la historia y un fabricante de sueños con su cámara», que desde el más absoluto anonimato de lo que retrataba, nos ha enseñado un mundo lleno de contrastes y bañado de melancolía y esperanza.
Como un benévolo voyeur, Erwitt nos regaló una de las imágenes más bonitas, sencillas y rebosante de vida que se han hecho en la historia de la fotografía, y que Fairground Attraction eligió para la portada de su primer y único disco en activo en 1998.

Aquel fue el primero de sólo un millón de besos….