
A veces necesito recordar que todo lo que estoy construyendo aquí es mi «Palacio de la Memoria», el espacio mental donde se atesoran mis recuerdos, vivencias, opiniones, amores, desamores, miedos, filias, fobias, mala baba, etc. Lo digo porque en los últimos días he recibido algunos comentarios a mis post, donde se opina sobre que si falta esto, que si se cambia aquello, que si añade lo de más allá. Vamos a ver amig@s, cuando uno decora «su casa», aparte de los bien intencionados comentarios de decoración (que personalmente me la bufan), puede hacerlo en el Ikea, el Leroy Merlin, el Corte Inglés, el chino de la esquina, la tienda de segunda mano más «in», o de la casa de su querida abuela. A buen entendedor pocas palabras bastan, es decir que escribo sobre lo que me sale de los huevos, guste o no guste. Capici?
Y ahora la pregunta, que la vuelvo a traer a la palestra de otro post que ya escribí hace tiempo. ¿De verdad para ser original hay que pintarse el pelo de verde, ponerse un pearcing en la nariz, tatuarse como la puerta de un servicio de tíos, ponerse una bata de boatiné para salir a la calle, subirse los pantalones por encima de los tobillos como si fueras a regar pepinos? ¿Eso es ser originales? Venga ya…..
Continuar leyendo «¿Originales?»