Sólo aquellos que esperan con ansiedad, son los únicos que pueden sentir con nitidez los puñales del tiempo derramado. Pero de entre esos, los que esperan sin ninguna careta ni ningún disfraz, que altere o pueda contaminar esa espera, son un puñado de locos que no temen a que la imprevisión de nuestra fast life, pueda herirlos de muerte. Almas estoicas que han batallado en mil guerras, y que todavía siguen en píe…
El diccionario de la Real Academia Española define el sadismo con dos entadas«perversión sexual de quien provoca su propia excitación cometiendo actos de crueldad en otra persona» o «Crueldad refinada, con placer de quien la ejecuta»
Dicha palabra proviene de un hombre concreto y su actitud ante la vida, Donatien Alphonse François Marques de Sade (1740-1814). Noble francés que pasó 27 años de su vida en prisiones y manicomios franceses, bajo cuatro regímenes distintos Antiguo Régimen, periodo Revolucionario, Consulado y Primer imperio francés. Jamás mató a nadie en su vida, pero su conducta depravada y disoluta, y su reconocimiento abierto de la misma, aparte de sus obras literarias, novelas, cuentos, cartas y obras de teatro, crearon un escándalo tal en Francia, que fue perseguido toda su vida. Según las palabras del «Divino Marqués», tal y como lo llamó Apolinarie, afirmó «me han condenado por toda clase de crímenes que dicen que he cometido, que no he realizado, pero mi pecado sí ha sido imaginarlos todos y reconocerlo». Algunos literatos y estudiosos de siglos posteriores, lo consideran «el hombre más libre que jamás haya existido».
Hoy prometo que no voy a dejar indiferente a nadie, porque nada es lo que parece…
En esta Europa multicultural y multiétnica muchos son los pueblos que la configuran, algunos muy antiguos, pero sólo uno de ellos ha trascendido las fronteras en las que se originó, un puñado de tierra en medio del mar, como una gota en un océano, en los suburbios de la Europa civilizada, con origen muy antiguo, que ni tan siquiera el imperio romano pudo conquistar, y que luego fue subyugado por los ingleses (me estoy repitiendo amigos, como una mala digestión).
Pero este pueblo llevó su cultura y sabiduría a territorios colindantes, pero su influencia ha traspasado todas las fronteras de nuestro pequeño mundo. Quieren saber quien fue ese «pueblo» que salvó a la civilización occidental? Exagerada la afirmación?, pues pasen y vean…
Para alegría de alguna no es una opción que haya tenido en mente, no quiero hacer muchas bromas con esto, y es un auténtico drama la verdad. Mi vida no es una película, ya lo he dicho alguna que otra vez, pero esta situación se ha cruzado por el camino de mi vida en más de una ocasión. Esta vez voy a desmontar algún que otro mito, y levantar un poco la jodida alfombra para enseñar una verdad, que por dolorosa y oculta, es más familiar de lo que mucha gente piensa. POCAS BROMAS…
Nuestra vida está llena de momentos fugaces, de maravillosos, intensos, únicos, e irrepetibles momentos que aparecen y se van con la velocidad de una estrella fugaz. Y al final el único recurso que nos queda para inmortalizarlos es ponerlos por escrito, nuestra memoria es tan frágil como el tiempo que se escurre entre las arenas de un reloj de arena. Caen y ya no volverán nunca jamás, aunque busquemos las mismas situaciones, con las mismas personas, nunca se volverán a repetir, serán otros, hermosos e intensos, pero serán otros distintos.
A día de hoy, con casi 50 años, sólo hay una cosa que me gusta de verdad, y que voy a repetir lo que ya dije en otro post (Diario de un escritor que nunca lo fue, ni nunca lo será). «Pero me quedo con lo que dijo una escritora vocacional sobre algunas personas que escribimos “ …están los que englobaría en el grupo de los escritores sin esperanza. Los que escriben por una necesidad emocional de expresión, porque les sirve de terapia, porque les pone frente a su verdad, a su vida, a sus recuerdos. Estos escriben y escribirán siempre, tengan o no tengan éxito, porque se ha convertido en su forma de vivir, su vocación”.
«A través de la bruma y del silencio infinito, de aquello que me paraliza, que me atenaza, como el miedo a la nueva vida de un recién nacido, a través de todo ese dolor sordo, de esa sensación que no se puede describir, que pesa tanto como la responsabilidad de vivir, de esa pena que no tiene principio ni fin, así es el viaje más duro que he recorrido en mi vida de adulto».
Anhelamos lo que no tenemos, o peor aún, anhelamos lo que hemos perdido irremisiblimente, lo que se nos escapó entre los dedos como las arena del tiempo, lo que ya no tiene camino de vuelta, porque las migas que dejamos para saber regresar, se las comieron los pájaros, como en aquel cuento infantil. Porque en el fondo de nuestro corazón todos somos niños asustados que anhelan con volver al lugar en el que nos amaron.
Invadidos, Esclavizados, Sacrificados, Famélicos, Exiliados, Divididos, Degradados. No se emplea a los Irlandeses, y aún así , sobrevivimos.
«Abro los ojos tras un desvanecimiento, tengo las manos atadas a la espalda, el agua de lluvia me cae sobre la cara, haciéndome ver todo borroso, estoy en un patio gris y sucio, de altos muros, donde apenas entra la luz de un nuevo día, y no recuerdo que día es hoy…Poco a poco distingo a mis compañeros a mi lado, igual que yo, las manos a la espalda y la mirada al suelo… Ruido de fusiles montándose, de botas militares en las piedras del patio, gritos, insultos, rabia, ira, desprecio…Uniformes militares ingleses, como funestos mensajeros de la muerte…Nuestro delito, amar a nuestra patria por encima de nuestra vida…Ruido de disparos, fuego ingles que atraviesa mi cuerpo, y parte mi corazón irlandés en dos…Antes de caer al suelo comprendo que hemos vencido…»
Ya no creo en otra vida, en el más allá, pero si tengo la convicción ardiente de que en otra existencia anterior mi corazón fue Republicano (irlandés), atravesado por una bala inglesa, que guardará el odio contra el opresor más allá del tiempo y del espacio, más allá de la razón y la compasión, que nunca doblará la rodilla ante la Union Jack, que nunca le cantará a una reina, que pervivirá en todos los que nos sucedan, porque aquel día de 1916 ganamos al conquistador, y le demostramos al mundo con sangre, que podíamos doblegar a un imperio, y así lo hicimos, pero el perdón por la humillación recibida durante 700 años, jamás anidará en nuestro corazón…Dios salve a Michael Collins.
Hoy me subo al carro de los estrenos cinematográficos nacionales (y por si cuela que me pesque google de nuevo, ya explicaré ésto en otro post). Puedo parecer un oportunista pero no lo soy, ya en mi post del 8 de junio «Olvida que has dado para recordar lo recibido», hacía una referencia a esta película. Y en este post quiero reinvidicar todo aquello de lo que habla esta película, y sobre todo a su inmenso actor (al que voy a descubrir para alguna gente). Muchas cosas le han pasado desde ese 8 de junio a esta película, sobre todo que el día 7 de septiembre le dieron el León de Oro a la mejor película (vamos una tontería de los italianos).
Pero de qué va este post? Fundamentalmente habla sobre la «dictadura de la felicidad» a la que esta sociedad nos está sometiendo de mil maneras, y que como efecto contrario al final produce más desazón, dolor, resentimiento y paranoia, que lo que realmente pretendía. Sinceramente me declaro adepto de este «grupo terrorista de los antifelices», advierto que no va a ser un post agradable, y el más largo de los que he hecho hasta ahora.
Vuelvo a reconocer que voy a jugar mucho al despiste. Es un ejercicio recurrente en mí, quien se quede sólo en el título o en la foto, se equivoca mucho, y se perderá el jugosísimo contenido del blog. Y si hay alguna gente que pasa de largo, pues la verdad me da igual, tampoco me interesa esa gente que sólo se queda en los titulares, la verdadera esencia de las cosas está detrás de lo aparente, de lo visible, quien no tenga la paciencia o la curiosidad para ver lo que hay más allá es un intrascendente, y aquí no tiene ni un hueco.
Esta foto pertenece a una famosísima serie de los años 70 que recomiendo encarecidamente (se ha hecho otra versión hace unos años, de mucha menor calidad). Yo la ví siendo un niño y me impactó, por la dureza de la misma, sobre la esclavitud en la américa del siglo XIX. Pero sólo me quedo para este blog con el título, RAICES, y de eso va este post, de mis RAICES…
Llevo unos cuantas entradas demasiado intenso, y existe el peligro de provocar algún ataque masivo de aburrimiento. Y como soy un blogger aplicado (que está siguiendo al pie de la letra los 10 mandamientos del buen bloggerde David Cantone), hoy me voy a aplicar al mandamiento número 9, «Serás tan entretenido y original como puedas». Bueno lo voy a intentar al menos, por mí que no quede, pero tengo menos gracia que «regalarle a Stevie Wonder una película de cine mundo» (Chiquito de la Calzada dixit, pues empezamos bien la entrada). Y también voy a sacar el látigo para despellejar a algún millenial sobradillo…